Cómo limpiar el cristal de una ventana
Para disfrutar de las mejores vistas y de la luz natural al máximo, es imprescindible que el vidrio de nuestra ventana se encuentre impecable. Te contamos cómo puede quedar reluciente de manera sencilla.
3 de diciembre de 2024
Parece una tarea muy simple, pero por diferentes motivos a muchas personas se les acaba haciendo muy compleja. Hablamos de la limpieza de los cristales de las ventanas. ¿Te ha pasado alguna vez que, pese a frotar insistentemente, nunca terminan de estar relucientes; que siempre hay motas de polvo, pelusas, antiestéticas rayas…?
Esto también ocurre con los espejos. Y cuando la luz los enfoca, el mal resultado salta aún más a la vista y nos recuerda que algo no hemos hecho bien…
Por eso, en este artículo, en Hermet 10, como especialistas en ventanas, queremos darte algunos consejos prácticos sobre cómo limpiar de la mejor manera los cristales.
Escoge el mejor momento
Para una limpieza eficaz del cristal, es aconsejable elegir el día más adecuado y el mejor momento de este. Procura no limpiarlos a pleno sol ni cuando haga mucho frío.
Cuando los rayos del sol penetran en el cristal durante la limpieza, el agua se convierte rápidamente en vapor y deja marcas antiestéticas formadas por las gotas y las rayas del limpiacristales si utilizas este instrumento.
A su vez, cuando la temperatura exterior es muy baja, las partículas de agua en el cristal pueden congelarse y complicar la limpieza, corriendo incluso el riesgo de rayar el cristal.
Así pues, el mejor momento es en días nublados sin lluvia o soleados cuando los rayos del sol no incidan directamente sobre la ventana.
Evita los estropajos que rayen
Nunca debes emplear ningún instrumento de limpieza que pueda rayar el vidrio, como espátulas o estropajos de este tipo.
El vidrio es un material delicado en este aspecto; por eso, siempre hay que usar elementos suaves, aptos para él.
Asimismo, si utilizas un limpiacristales con mango, evita que esta parte golpee el vidrio.
Utiliza trapos limpios
Otro error frecuente consiste en emplear bayetas que no están limpias; es decir, que estamos reutilizando después de haber limpiado con ellas alguna estantería, otras ventanas, algún espejo… De este modo, lo que estamos haciendo es arrastrar la suciedad y extenderla por el cristal que vayamos a “limpiar” en ese momento.
Similar a esto, encontramos el caso de utilizar trapos que están ya muy húmedos e impregnados en exceso de soluciones de limpieza que se acaban de emplear para adecentar otras superficies. Así pues, emplea siempre bayetas totalmente limpias.
Evita bayetas que suelten pelusa
No hay nada más irritante que pasar un trapo limpio por la ventana y comprobar cómo los restos de pelusa se quedan adheridos en el cristal una y otra vez cada vez que se pasa para limpiar lo anterior.
Afortunadamente, en la actualidad, muchas bayetas ya están diseñadas para evitar este inconveniente; y en otras, con algunos lavados llega a desaparecer con el tiempo.
En el propio embalaje del producto, muchos fabricantes ya aconsejan lavarlas primero antes de usarlas.
Utiliza agua con jabón neutro si hay mucha suciedad adherida
Si el cristal está muy sucio, más allá de la suciedad habitual del polvo o de la contaminación del tráfico (por ejemplo, por obras que haya habido en tu vivienda o en la calle), prepara una mezcla de agua tibia con jabón neutro o vinagre de limpieza.
Extiéndela sobre el cristal con una esponja específica para vidrios y después seca la superficie con una bayeta, una rasqueta de goma o un limpiacristales extensible.
Puedes completar la limpieza con un espray de limpieza específico para ventanas. Pulverízalo sin diluir sobre el cristal y límpialo hasta que se seque.
Muchos de estos incluyen fórmulas que, además de eliminar rápida y fácilmente la suciedad, las manchas y las huellas dactilares y dejar un agradable olor, tienen un efecto antivaho y antilluvia, que impide el empañamiento y que las gotas permanezcan en el cristal.
Cuidado con los productos de limpieza con alcohol
Existen espráis “multiusos” que, si bien pueden ser útiles para limpiar el cristal (aunque sin las propiedades exclusivas antes mencionadas que tienen algunos específicos para vidrios), pueden contener alcohol u otras sustancias dañinas para las ventanas de PVC.
Y es muy importante tener en cuenta esto. No extiendas este mismo producto multiusos que utilices para el vidrio al resto de la ventana si no te has cerciorado antes de que es apto para limpiar el perfil. Productos con alcohol o con químicos muy agresivos pueden dañar tu ventana y perjudicar su color.
Para limpiar el perfil, como te explicamos en este otro artículo de nuestro blog, emplea tan solo agua y jabón neutro, o un producto específico para ello, con una bayeta suave. Completa la limpieza engrasando el herraje y las juntas de goma periódicamente.
Ten cuidado al limpiar el exterior de la ventana. Según el tipo de apertura de esta, puede ser difícil llegar a algunas zonas.
Encontrarás en muchos comercios soluciones para ello, como limpiacristales magnéticos. En ningún caso pongas en riesgo tu seguridad o la de los transeúntes con conductas peligrosas para limpiar áreas complejas.
Esperamos que estos consejos para mantener impecables los cristales de tus ventanas te hayan resultado útiles. Estamos seguros de que siguiendo estas recomendaciones conseguirás un brillo perfecto y una limpieza sin manchas. Te dejamos en la parte inferior de este artículo un PDF con otras sugerencias para mantener tus ventanas y puertas de PVC.
Recuerda que si estas son ya muy antiguas o no aíslan correctamente, en Hermet 10 podemos ayudarte. Estamos a tu disposición para asesorarte y preparar un presupuesto sin compromiso. Para ello, solo tienes que contactar con nosotros a través de aquí. ¡Estaremos encantados de ayudarte!
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